lunes, 14 de octubre de 2013

LOS NOMBRES DE ANDALUCÍA



Al-Ándalus escrito en caracteres árabes


Andalucía es una de las Comunidades Autónomas más importantes, en extensión y población, de España. Son muchas las razones que hacen a Andalucía una tierra singular y no me voy a extender en ellas. Pero, ¿de dónde viene su nombre? ¿Por qué se llama Andalucía y no Bética, como la llamaban los romanos? Intentaremos explicar brevemente por qué Andalucía se llama así y no de otra forma.

Para los antiguos romanos la zona que hoy conocemos como Andalucía estaba englobada en una provincia llamada en un primer momento Hispania Ulterior (término que para un romano venía a significar algo así como “el cachito de la Península Ibérica que pilla más lejos desde Roma y se tarda más en llegar en barco”) y después Baetica, por el gran río que la atravesaba, el Baetis, nombre que los romanos tomaron del fenicio. De Baetis y Baetica nos han quedado hoy denominaciones como “Cordilleras Béticas” (subdivididas en Prebética, Subbética y Penibética) o el nombre de un club de fútbol, el Betis. El río Baetis pasó a ser, tras la dominación musulmana, el Guadalquivir (del árabe Al-wad al-kabir, el "Río Grande"). 

En el año 711 los visigodos andaban en guerras civiles. Un año antes el rey Rodrigo había accedido al trono de forma un tanto dudosa y no todo el mundo estaba de acuerdo con eso. Según una leyenda tan extendida como nunca confirmada, uno de los sublevados contra Rodrigo pidió ayuda a los árabes, quienes ya correteaban por el norte de África conquistando territorios para el Califa de Damasco y convirtiendo infieles al Islam. El Califa envió al general Táriq ibn Ziyad, el cual desembarcó en un peñón que hasta aquel momento se había llamado Calpe, pero desde entonces se conoció como Ẏabal Tāriq, “el monte de Táriq” (o sea, Gibraltar). Táriq venció a Rodrigo en la batalla de Guadalete y abrió la puerta a la conquista musulmana de una Península que en árabe se conocía como Al-Ándalus. Y es que hay que dejar clara esta idea: Al-Ándalus no era lo que hoy conocemos como Andalucía. Al-Ándalus era simplemente la forma en que los árabes llamaban a la Península Ibérica. De hecho, en una moneda del 716 o 17 (esto es, 5 o 6 años posterior a la invasión) ya aparece el término Al-Ándalus junto al término Spania. Y tan Al-Ándalus eran, por ejemplo, Balansiya (Valencia) o Saraqusta (Zaragoza) como Qurṭuba (Córdoba). 



Dinar omeya de los años 716-17


Pero…, ¿de dónde viene el vocablo Al-Ándalus?, ¿por qué llamaban así los árabes a la Península Ibérica? Para su posible etimología se han barajado tres hipótesis distintas, a las cuales llamaremos hipótesis vándala, gótica y atlántica respectivamente.



Hipótesis vándala 


Fue la defendida, entre otros muchos, por Seybold y Lévi-Provençal. Según esta teoría, Al-Ándalus debería su etimología a uno de los pueblos germánicos que invadieron la Península Ibérica en una de sus primeras oleadas: suevos, vándalos y alanos. Los suevos se establecieron en Galicia, y formaron allí un reino que fue independiente hasta que lo conquistaron los visigodos. Por cierto, sobre aquel pueblo los gallegos dicen con cierta retranca: “a nosotros nos tocaron los suevos…”). Los alanos pasaron sin dejar rastro, aquí solo hicieron escala. Y los vándalos, después de pasar una breve temporadita en el sur peninsular, ante las amenazas de godos por un lado y bizantinos a las órdenes de Justiniano por otro, se fueron al norte de África y se establecieron en lo que hoy es Túnez. Según esta teoría, como desde el punto de vista de un árabe o de un norteafricano, Hispania (la Península Ibérica) era la tierra de donde venían los vándalos, llamaron a esta tierra que ahora se les ponía en el punto de mira de sus conquistas Al-Andalus, algo así como “El vándalo”. Esta teoría ha sido tan aceptada tradicionalmente que se ha convertido en un lugar común, todo el mundo la ha escuchado o leído alguna vez, seguro que Vd., que está ahora mismo leyendo esto, también. Incluso se han llegado a proponer formas latinizadas totalmente inventadas como Vandalicia o Vandalia partiendo de esta posible etimología vándala del nombre. Y así reza el escudo de Carmona: 

      Sicut Lucifer lucet in Aurora 
Ita in Vandalia Carmona. 
                 (“Como el Lucero brilla en la Aurora
            así en Vandalia brilla Carmona”) 

Pero no deja de ser una teoría controvertida y, hoy en día, poco o nada aceptada. Por dos razones principalmente, una histórica y otra lingüística. La razón histórica es que los vándalos, al igual que los alanos, estuvieron muy poco tiempo en la Península y totalmente de paso, lo cual hace prácticamente imposible que su corta estancia aquí hiciera que ningún otro pueblo diera nombre a estas tierras al norte del Estrecho en función de ellos, por más que los vándalos desembarcaran en África procedentes de algún puerto del sur de Hispania. Y en segundo lugar, el supuesto paso de Vandalus a Al-Andalus (entendiendo que el prefijo Al- equivale al artículo determinado en árabe) choca con problemas de evolución fonética insalvables, principalmente con la inexplicable pérdida de la v- inicial, que en germánico sería en realidad como la w- inglesa y que los árabes podrían haber transcrito perfectamente con su letra waw). Algún autor ha habido que ha intentado explicar la pérdida de esa v- inicial a través del amazigh, una lengua bereber: en esta lengua “tierra de los vándalos” se decía tamort wándalos. Pero en esa lengua existe un prefijo w- para el genitivo, por lo que las gentes al oír tamort wándalos pensaron que esa w- no formaba parte de la raíz, sino que era dicho prefijo, y que el nombre del pueblo era ándalos de donde pasó al árabe como Al-Andalus. El autor de esa teoría trabajó en vano, porque no ha convencido a nadie, el pobre. 


Hipótesis visigótica 


Esta parece algo más enrevesada que la anterior. Un señor que sabe mucho de los godos, Heinz Halm, propuso que Al-Andalus sería la arabización de la palabra gótica Landahlawts, que sería un compuesto de Landa, “tierra” y hlawts, “sorteo”; sería por tanto algo así como “Tierra de Sorteo”. Se supone que los godos, cuando conquistaban nuevos territorios y una vez que los enemigos habían resultado muertos en el fragor de la batalla o habían huido, hacían sorteos para repartir las tierras recién capturadas. Como el sorteo de tierra es algo que hicieron mucho en la Bética, llamaron así a esta provincia y los árabes, que les escucharon decir lo de Landahlawts, lo convirtieron en Al-Andalus, porque cualquiera pronunciaba Landahlawts así como así si no hablaba gótico. El principal escollo que encuentra la teoría de Halm es la falta de documentación. El sorteo de tierras entre los visigodos no está documentado como Landahlawts en ningún sitio y allá donde aparecen referencias escritas siempre es con la forma latina Gothica Sors. Por tanto puede que sea una tesis original, pero indemostrable y traída por los pelos. Por cierto, y como anotación al margen, el germánico hlawts (que en alemán actual es los) pasó al francés como lot, catalán, lot, castellano lote, y de ahí se deriva también la palabra lotería


Hipótesis atlántica


El primero en apuntar esta posibilidad fue Amador de los Ríos y, más recientemente, el filólogo Joaquín Vallvé Bermejo. Ya los árabes preislámicos tenían noticia del mito de la Atlántida recogido por Platón y de hecho en algunos poemas preislámicos ya aparece recogida la forma Ẏazirat-al-Ándalus (isla de Al-Ándalus) para referirse a la isla o continente mítico que los griegos llamaban Atlantís nēsos, es decir, "Isla Atlantida o de Atlas", y también la forma Bahr Al-Andalus (mar de Al-Ándalus), en referencia al Océano Atlántico. De hecho, siempre según Vallvé, existen multitud de escolios y comentarios árabes a textos griegos sobre el mito que sitúan al-Ẏazirat-al-Ándalus al oeste del Mediterráneo, o ya metida en el Atlántico, junto a la costa peninsular. Hoy en día es la tesis sobre la etimología del término Al-Ándalus más comúnmente aceptada. ¿Por qué llamaron los árabes Al-Ándalus, un nombre sacado de la mitología griega, a la Península Ibérica? Pues porque es posible que se viniera aplicando tradicionalmente en árabe, a raíz del mito griego, a alguna isla del Estrecho, posiblemente al islote (hoy punta) de Tarifa, el punto más meridional de la Península, y que fue uno de los puntos de acceso (junto con Gibraltar, arriba aludido) de las tropas árabes y moriscas a nuestra península.  Y si a ustedes les parece increíble que una isla del estrecho termine dando nombre a toda Iberia, no tienen más que pensar que "África" para los antiguos romanos no era más que una pequeña región de lo que hoy conocemos como Túnez, mientras que ahora designa todo un continente. 


Sea como fuere, el caso es que los árabes de la época y sus súbditos y compañeros de fe norteafricanos, llamaron Al-Ándalus a toda la Península Ibérica, después los cristianos (especialmente los castellanos) lo usaron para designar los territorios musulmanes que todavía no habían sido “reconquistados”. Y fue a partir del siglo XIII, especialmente a partir de la Primera Crónica General, de Alfonso X el Sabio, cuando apareció la forma castellana “El Andalucía”, derivada de Al-Andalusiyya (que en árabe era el gentilicio en género femenino), significando algo así como “la tierra andaluza”. En esta ocasión ya no se refería al territorio musulmán, que por aquel entonces se circunscribía al Reino Nazarí de Granada, sino al territorio al sur de Sierra Morena ya arrebatado a los musulmanes, esto es, el Valle del Guadalquivir, territorio que Castilla había organizado en los reinos de Córdoba, Sevilla y Jaén.


Mapa de España de 1770 en el que los antiguos reinos castellanos de Sevilla, Córdoba y Jaén 
ya aparecen como Andalucía, mientras el antiguo reino de Granada 
sigue manteniendo su denominación singular. 



Y así se quedó durante mucho tiempo. Cuando Granada fue conquistada por los Reyes Católicos, poniendo fin a la presencia musulmana en la Península, el territorio arrebatado a Boabdil el Chico mantuvo cierta singularidad dentro de la Corona de Castilla como Reino de Granada (aunque sin moriscos, expulsados en 1502) y Andalucía seguía haciendo referencia exclusivamente al Valle del Guadalquivir. Pero como la conquista y repoblación de Granada fue llevada a cabo principalmente por andaluces, a finales del siglo XVIII ya estaba muy extendida la idea de identificar a granadinos con andaluces, y hablar de “los cuatro reinos de Andalucía”, reinos que, con la división provincial de 1833 pasaron a ser las ocho provincias actuales. Y aunque la Comunidad Autónoma de hoy en día coincida con esos cuatro reinos u ocho provincias, varios han sido sin embarbgo los proyectos políticos, como el de Constitución Federal de la Primera República Española (1873) o incluso el propio proyecto de la UCD de 1980 (que finalmente no cuajó), de diferenciar dos Andalucías: una Andalucía Alta u Oriental (Jaén, Granada, Málaga y Almería) y una Andalucía Baja u Occidental (Córdoba, Sevilla, Huelva y Cádiz). Proyectos que respetaban, en cualquier caso, la denominacíón "Andalucía" para ambas partes, tras tantos años ya de consolidación y arraigo del nombre.

Para terminar este post, que espero que no haya resultado muy pesado, os dejo un enlace con música arábigo-andalusí de la mano de Gregorio Paniagua y el Atrium Musicae de Madrid.






4 comentarios:

  1. Genial artículo, un placer haberlo podido leer.

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  2. Gracias Fer, por descubrirnos la historia de manera tan ágil y clara ¡¡

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  3. Son mis orígenes. Un artículo precioso, Andalucía tiene su historia como cualquier rincón del mundo y tan respetada como la historia de Catalunya. Donde yo nací, crecí y me educaron mis padres, los dos nacidos en la preciosa ciudad de Córdoba. Aquí han tenido han sido muy felices sin tener ningún problema y participando toda la familia de la cultura andaluza y catalana. Ellos aquí echaron sus raíces pero nunca olvidaron su tierra, pasaron los primeros años de sus vidas y su adolescencia. Y a sus nietos les han explicado, como vivieron los años de su vida desde que nacieron, su niñez, su juventud y la añoranza que en un principio tenían de su tierra, pero tb. lo que les alucinaba de Barcelona . Pasaron las vicisitudes de la época de los años 60. Pero tenían trabajo donde se veían dignificados porqué se les pagaba como a cualquier catalán, es más eran admirados tanto por sus compañeros como jefes, castellanos y catalanes. Ellos son castellano parlantes y entienden perfectamente que sus hijos + pequeños empezaran a aprender catalán en el colegio y de que sus nietos lo hicieran en los dos idiomas. Sabéis lo que me entristece, que tanto en Andalucía como en Catalunya a los de cierta edad no nos enseñaron nuestros orígenes. Y ahora que los sabemos, se empeñe alguien, sobre todos los políticos a enfrentarnos unos con otros. Mis padres han sido unas personas excepcionales porque Son ciudadanos del mundo

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  4. Gracias a vosotros por vuestros comentarios. Me alegro de que os haya gustado mi artículo.

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